Jueces 13, 2-5

Había un hombre en Sorá, de la tribu de Dan, llamado Manóaj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El Ángel de Yahvé se apareció a esta mujer y le dijo: «Mira, eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo. En adelante guárdate de beber vino ni bebida fermentada y no comas nada impuro. Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño será nazireo de Dios desde el seno de su madre. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos.»
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