Lamentaciones  1, 1-2


Primera lamentación

Álef.
¡Qué solitaria se encuentra
la otrora Ciudad populosa!
Como una viuda ha quedado
la grande entre las naciones.
La Princesa de las provincias
sometida está a tributo.

Bet.
Llora que llora de noche,
surca el llanto sus mejillas.
No hay nadie que la consuele
entre todos sus amantes.
Todos sus amigos la han traicionado,
¡se le han convertido en enemigos!
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