Lamentaciones  1, 12-16


Lámed.
Vosotros que pasáis por el camino,
mirad, fijaos bien
si hay dolor parecido
al dolor que me atormenta,
con el que Yahvé me castigó
el día de su ardiente cólera.

Mem.
Desde lo alto ha lanzado un fuego
que se ha metido en mis huesos.
Ante mis pies ha tendido una red,
y me ha hecho retroceder;
me ha dejado desolada,
todo el día dolorida.

Nun.
Hizo un yugo con mis culpas,
por su mano entrelazadas.
Sobre mi cuello su yugo
doblega mi vigor.
El Señor me ha dejado a merced de ellos,
¡ya no me puedo tener!

Sámek.
Ha desechado a mis valientes
de en medio de mí el Señor.
Ha convocado un concejo contra mí
para acabar con mis jóvenes.
El Señor ha pisado en el lagar
a la doncella, capital de Judá.

Ain.
Por eso estoy llorando;
mi ojo, mi ojo se va en agua,
pues no hay quien me consuele,
quien me devuelva el ánimo.
Mis hijos están desolados,
porque ha ganado el enemigo.
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