Levítico 21, 17-23

«Dile a Aarón: Ninguno de tus descendientes, en cualquiera de sus generaciones, si tiene un defecto corporal, podrá acercarse a ofrecer el alimento de su Dios. Ningún hombre que tenga defecto corporal se acercará: ni ciego, ni cojo, ni deforme, ni monstruoso, ni lisiado, ni manco; ni jorobado, ni raquítico, ni con defecto en un ojo, ni sarnoso o tiñoso, ni eunuco. Ningún descendiente de Aarón que tenga defecto corporal puede acercarse a ofrecer los manjares que se abrasan en honor de Yahvé. Tiene defecto; no se acercará a ofrecer el alimento de su Dios. Podrá comer del alimento de su Dios, las cosas sacratísimas y las sagradas; mas no podrá pasar hasta detrás del velo ni se acercará al altar, porque tiene un defecto y profanaría mi santuario, pues yo soy Yahvé, el que los santifico.»
Ver contexto