Lucas 11, 1-8


El Padre Nuestro.
Estaba él orando en cierto lugar y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.» Él les dijo: «Cuando oréis, decid:
Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe,
y no nos dejes caer en tentación.»
El amigo inoportuno.
Les dijo también: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: “Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle”, y aquél, desde dentro, le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos”, os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, se levantará para que deje de molestarle y le dará cuanto necesite.
Ver contexto