Lucas 8, 44-47

se acercó por detrás y tocó la orla de su manto; y, al punto, se le paró el flujo de sangre. Jesús dijo: «¿Quién me ha tocado?» Como todos lo negaban, dijo Pedro: «Maestro, las gentes te aprietan y te oprimen.» Pero Jesús dijo: «Alguien me ha tocado, porque he sentido que una fuerza ha salido de mí.» Viéndose descubierta, la mujer se acercó temblorosa y, postrándose ante él, contó delante de todo el pueblo por qué razón le había tocado, y cómo al punto había sido curada.
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