Malaquías 3, 8-9

—¿Puede un hombre defraudar a Dios? ¡Pues vosotros me defraudáis! —Y encima decís: ¿En qué te hemos defraudado? —En el diezmo y en la ofrenda reservada. Estáis repletos de maldición, pues me defrauda la nación entera.
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