Mateo 6, 5-13


La oración en secreto.
«Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
La verdadera oración. El Padre nuestro.
«Y, al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. «Vosotros, pues, orad así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu Nombre; venga tu Reino;
hágase tu Voluntad
así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal.
Ver contexto