Numeros  21, 24-35

Pero Israel lo hirió a filo de espada y se apoderó de su tierra, desde el Arnón hasta el Yaboc, hasta los límites de los hijos de Amón, porque Yazer estaba en la frontera de los hijos de Amón. Israel tomó todas aquellas ciudades. Ocupó Israel todos los pueblos de los amorreos, Jesbón y todas sus aldeas. Es que Jesbón era la ciudad de Sijón, rey de los amorreos, y éste había combatido al primer rey de Moab, y le había quitado toda su tierra hasta el Arnón. Por eso dicen los trovadores:
«¡Venid a Jesbón,
que sea construida, fortificada,
la ciudad de Sijón!
Porque fuego ha salido de Jesbón,
una llama de la ciudad de Sijón:
ha devorado Ar Moab,
ha tragado las alturas del Arnón.
¡Ay de ti, Moab!,
perdido estás, pueblo de Camós.
Ha entregado sus hijos a la fuga
y sus hijas al cautiverio,
en manos de Sijón, el rey amorreo.
Su posteridad ha perecido,
desde Jesbón hasta Dibón,
y hemos dado fuego
desde Nofaj hasta Mádaba.»
Así Israel se estableció en la tierra de los amorreos.
Moisés mandó a explorar Yazer y la tomaron junto con sus aldeas, despojando al amorreo que vivía allí.
Se volvieron y subieron camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a su encuentro con toda su gente, para presentarles batalla en Edreí. Yahvé dijo a Moisés: «No le temas, porque lo he puesto en tu mano con todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón.» Y lo derrotaron a él, a sus hijos y a toda su gente, hasta que no quedó nadie a salvo. Y se apoderaron de su tierra.
Ver contexto