Proverbios 30, 15-33


VII. Proverbios numéricos
La sanguijuela tiene dos hijas: «¡Dame, dame!»
Hay tres cosas insaciables
y cuatro que no dicen: «¡Basta!»
El abismo, el vientre estéril,
la tierra que no se harta de agua,
y el fuego que no dice: «¡Basta!»
Al que se ríe de su padre
y desprecia a su anciana madre,
los cuervos le sacarán los ojos,
y lo devorarán los aguiluchos.
Hay tres cosas que me desbordan
y cuatro que no comprendo:
el camino del águila por el cielo,
el camino de la serpiente sobre la roca,
el camino del barco en alta mar
y el camino del hombre hacia la doncella.
Así procede la mujer adúltera:
come, se limpia la boca y dice:
«¡No he hecho nada de malo!»
Tres cosas hacen temblar la tierra
y cuatro no puede soportar:
esclavo que llega a rey,
tonto harto de comer,
mujer odiada que se casa
y esclava que hereda a su señora.
Hay cuatro seres pequeños en la tierra,
que son más sabios que los sabios:
las hormigas, pueblo débil
que en verano asegura su alimento;
los damanes, pueblo sin fuerza
que hace madrigueras en la roca;
las langostas, que no tienen rey
y todas marchan en formación;
la lagartija, que se coge con la mano
y habita en palacios reales.
Hay tres cosas de paso gallardo
y cuatro de elegante marcha:
el león, el animal más fuerte
que ante nada retrocede,
el gallo orgulloso, el macho cabrío
y el rey al frente de su ejército.
Si hiciste el tonto presumiendo
y has reflexionado, cierra la boca;
aprietas la leche y sale requesón,
aprietas la nariz y sale sangre,
aprietas la ira y sale discordia.
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