Proverbios 8, 32-35


Invitación apremiante.
«Así, pues, hijos, escuchadme,
dichosos los que siguen mis caminos.
Escuchad la enseñanza y haceos sabios,
no la rechacéis.
Dichoso el hombre que me escucha
velando a mis puertas día tras día,
guardando los dinteles de mi entrada.
Pues quien me encuentra, encuentra la vida,
y obtiene el favor de Yahvé.
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