Romanos  7, 12-14

Así que, la ley es santa, y santo el precepto, y justo y bueno. Luego ¿se ha convertido lo bueno en muerte para mí? ¡De ningún modo! Sino que el pecado, para aparecer como tal, se sirvió de una cosa buena, para procurarme la muerte, a fin de que el pecado ejerciera todo su poder de pecado por medio del precepto.
Impotencia actual de la ley.
Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual, mas yo soy de carne, vendido al poder del pecado.
Ver contexto