Sabiduría 1, 12-16

No persigáis la muerte con vuestra vida perdida
ni os busquéis la ruina con las obras de vuestras manos;
porque Dios no hizo la muerte
ni se alegra con la destrucción de los vivientes.
Él lo creó todo para que subsistiera:
las criaturas del mundo son saludables,
no hay en ellas veneno de muerte
ni el abismo reina sobre la tierra,
porque la justicia es inmortal.

La vida según los impíos.
Pero los impíos invocan a la muerte con gestos y palabras;
haciéndola su amiga, se perdieron;
se aliaron con ella
y merecen ser sus secuaces.
Ver contexto