Sabiduría 1, 6-10

La sabiduría es un espíritu filántropo
que no deja impunes los labios blasfemos;
pues Dios es testigo de sus interioridades,
observador veraz de su corazón
y escucha cuanto dice su lengua.
Porque el espíritu del Señor llena la tierra,
lo contiene todo y conoce cada voz.
Por eso, quien pregone calumnias no podrá esconderse,
ni evitar la acusación de la justicia.
Los planes del impío serán investigados
y el rumor de sus palabras llegará hasta el Señor
como prueba de sus delitos.
El oído atento lo escucha todo
y no se le escapa el rumor de murmuraciones.
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