Sabiduría 11, 14-20

Al que antes habían abandonado expósito y rechazado con burlas,
al final de los acontecimientos lo admiraron,
tras pasar una sed distinta de la de los justos.

Moderación divina hacia Egipto.
Por sus pensamientos insensatos y malvados,
que los desorientaron, haciéndoles adorar a reptiles irracionales y a viles animales,
tú les enviaste como castigo una multitud de animales irracionales,
para que comprendieran que en el pecado va la penitencia.
Pues bien podía tu mano omnipotente
—que había creado el mundo de materia informe—
enviar contra ellos manadas de osos o leones intrépidos,
o fieras enfurecidas, desconocidas y recién creadas,
que lanzasen resoplidos de fuego,
despidiesen humaredas apestosas
o echasen chispas terribles por los ojos;
capaces, no ya de aniquilarlos con sus ataques,
sino de exterminarlos con su aspecto terrorífico.
Y aun sin esto, podían haber sucumbido de un soplo,
perseguidos por la Justicia
o barridos por tu aliento poderoso.
Pero tú regulaste todo con medida, número y peso.
Ver contexto