Salmos 102, 1-11


SALMO 102 (101)
Oración en la desgracia
Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante Yahvé.
Escucha, Yahvé, mi oración,
llegue mi grito hasta ti;
no ocultes de mí tu rostro
el día de la angustia;
tiende hacia mí tu oído,
¡responde presto el día en que te invoco!
Pues mis días como humo se disipan,
mis huesos calientan como brasas;
mi corazón se seca como heno segado,
pues me olvido de comer mi pan;
agotado de tanto sollozar,
mis huesos se pegan a mi piel.
Me parezco al búho del páramo,
estoy como lechuza entre ruinas;
de continuo me desvelo y gimo
cual solitario pájaro en tejado;
todo el día me insultan mis enemigos,
los que me alaban maldicen por mi nombre.
Ceniza como en vez de pan,
mezclo mi bebida con lágrimas,
debido a tu cólera y tu enojo,
pues me alzaste y luego me tiraste.
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