Salmos 102, 4-6
“
Pues mis días como humo se disipan,
mis huesos calientan como brasas;
mi corazón se seca como heno segado,
pues me olvido de comer mi pan;
agotado de tanto sollozar,
mis huesos se pegan a mi piel.
”
mis huesos calientan como brasas;
mi corazón se seca como heno segado,
pues me olvido de comer mi pan;
agotado de tanto sollozar,
mis huesos se pegan a mi piel.
”