Salmos 104, 6-9

Como un ropaje la cubría el océano,
sobre los montes persistían las aguas;
a tu bramido emprendieron la huida,
se precipitaron al escuchar tu trueno,
subiendo a los montes, bajando a los valles,
hasta el lugar que tú les asignaste;
les pusiste un límite infranqueable,
por que no vuelvan a anegar la tierra.
Ver contexto