Salmos 105, 37-43

Los sacó cargados de oro y plata,
ni uno solo flaqueó de entre las tribus.
Egipto se alegró de su salida,
llenos como estaban de terror.
Desplegó una nube para cubrirlos,
un fuego que alumbrara en la noche.
Pidieron y mandó codornices,
de pan del cielo los hartó;
hendió la roca y brotaron las aguas,
como río corrieron por los sequedales.
Recordando su palabra sagrada,
dada a Abrahán, su servidor,
sacó a su pueblo con alborozo,
a sus elegidos en medio del júbilo.
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