Salmos 107, 10-16

Habitaban la tiniebla y la sombra,
cautivos de hierros y miserias,
por desafiar las órdenes de Dios,
por despreciar el proyecto del Altísimo.
Doblegó su terquedad con fatigas,
sucumbían, privados de socorro.
Pero clamaron a Yahvé en su apuro,
y él los libró de sus angustias.
Los sacó de la tiniebla y la sombra,
rompió todas sus cadenas.
¡Den gracias a Yahvé por su amor,
por sus prodigios en favor de los hombres!
Pues las puertas de bronce rompió,
deshizo los barrotes de hierro.
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