Salmos 115, 3-8

Nuestro Dios está en el cielo,
y hace todo cuanto quiere.
Plata y oro son sus ídolos,
obra de la mano del hombre.
Tienen boca y no hablan,
tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen,
tienen nariz y no huelen.
Tienen manos y no palpan,
tienen pies y no caminan,
tienen garganta sin voz.
¡Sean como ellos los que los hacen,
los que en ellos ponen su confianza!
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