Salmos 37, 4-25

disfruta pensando en Yahvé
y te dará lo que pida tu corazón.

Guímel.
Encomienda tu vida a Yahvé,
confía en él, que actuará;
hará brillar como luz tu inocencia
y tu honradez igual que el mediodía.

Dálet.
Descansa en Yahvé, espera en él,
no te acalores contra el que prospera,
contra el hombre que urde intrigas.

He.
Desiste de la ira, abandona el enojo,
no te acalores, que será peor;
pues los malvados serán extirpados,
mas los que esperan en Yahvé heredarán la tierra.

Vau.
Un poco más, y no hay malvado,
buscas su lugar, y ya no está;
mas los humildes poseerán la tierra
y gozarán de inmensa paz.

Zain.
El malvado maquina contra el honrado,
rechina los dientes contra él;
pero el Señor de él se ríe,
pues ve que llega su día.

Jet.
Desenvainan la espada los malvados,
tensan su arco contra el mísero y el pobre,
para matar a los hombres honrados;
su espada penetrará en su corazón
y sus arcos quedarán destrozados.

Tet.
Más vale lo poco del honrado
que la enorme riqueza del malvado;
se quebrarán los brazos del malvado,
pero Yahvé sostiene a los honrados.

Yod.
Conoce Yahvé la vida de los íntegros
su heredad durará para siempre;
en tiempo de escasez no se avergonzarán,
en días de penuria gozarán de hartura.

Kaf.
Los malvados, en cambio, perecerán,
todos los enemigos de Yahvé;
se agostarán como el verdor de los prados,
como humo se desvanecerán.

Lámed.
El malvado toma prestado y no devuelve,
pero el honrado se compadece y da;
los que él bendice poseerán la tierra,
los que maldice serán exterminados.
Mem.
Yahvé da firmeza a los pasos del hombre,
se complace en su camino;
aunque caiga, no queda tirado,
pues Yahvé lo sostiene por la mano.

Nun.
Fui joven, ya soy viejo,
nunca vi a un justo abandonado,
ni a sus hijos pidiendo pan.
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