Salmos 44, 1-8


SALMO 44 (43)
Elegía nacional
Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema.
Oh Dios, nuestros oídos lo oyeron,
nos lo contaron nuestros padres,
la obra que hiciste en su tiempo,
antiguamente, con tu propia mano.
Para plantarlos a ellos, desposeíste naciones,
para ensancharlos, maltrataste pueblos;
no conquistaron la tierra con su espada,
ni su brazo les dio la victoria;
fueron tu diestra y tu brazo,
y la luz de tu rostro, pues los amabas.
Tú solo, Rey mío, Dios mío,
decidías las victorias de Jacob;
por ti hundíamos a nuestros adversarios,
en tu nombre pisábamos a nuestros agresores.
No ponía mi confianza en mi arco,
ni mi espada me hizo vencedor;
tú nos salvabas de nuestros adversarios,
cubrías de vergüenza a nuestros enemigos;
Ver contexto