Salmos 45, 10-16

Entre tus predilectas hay hijas de reyes,
la reina a tu derecha, con oro de Ofir.
Escucha, hija, mira, presta oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna,
que prendado está el rey de tu belleza.
El es tu señor, ¡póstrate ante él!
La ciudad de Tiro llega con presentes,
la gente más rica busca tu favor.
Aparece, espléndida, la princesa,
con ropajes recamados en oro;
vestida de brocados la llevan ante el rey.
La siguen las doncellas, sus amigas,
que avanzan entre risas y alborozo
al entrar en el palacio real.
Ver contexto