Salmos 45, 3-10

Eres la más hermosa de las personas,
la gracia se derrama por tus labios,
por eso Dios te bendice para siempre.
Ciñe tu espada al costado, valiente,
es tu gloria y tu esplendor; marcha, cabalga,
en pro de la verdad, la piedad y la justicia;
que tu diestra te enseñe a hacer proezas.
Agudas son tus flechas, sometes a los pueblos,
pierden el coraje los enemigos del rey.
Tu trono es eterno, como el de Dios;
un cetro de equidad es tu cetro real.
Amas la justicia y odias la iniquidad,
por eso Dios, tu Dios, te ha ungido
con óleo de fiesta más que a tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde salones de marfil arpas te recrean.
Entre tus predilectas hay hijas de reyes,
la reina a tu derecha, con oro de Ofir.
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