Salmos 48, 8-12

como el viento del este que destroza
los navíos de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad de Yahvé Sebaot,
en la ciudad misma de nuestro Dios,
que Dios afirmó para siempre. Pausa.
Tu amor, oh Dios, evocamos
en medio de tu templo;
como tu fama, oh Dios, tu alabanza
alcanza los confines de la tierra.
Tu diestra rebosa justicia,
el monte Sión se regocija,
exultan las ciudades de Judá
a causa de tus juicios.
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