Salmos 52, 9-10
“
«Éste es el hombre que no hizo
de Dios su refugio;
confiaba en su inmensa riqueza,
se jactaba de su crimen».
Pero yo, como olivo frondoso
en la Casa de Dios,
en el amor de Dios confío
para siempre jamás.
”
de Dios su refugio;
confiaba en su inmensa riqueza,
se jactaba de su crimen».
Pero yo, como olivo frondoso
en la Casa de Dios,
en el amor de Dios confío
para siempre jamás.
”