Salmos 68, 1-6


SALMO 68 (67)
La gloriosa epopeya de Israel
Del maestro de coro. De David. Salmo. Cántico.
Dios se levanta, se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian.
Como se disipa el humo, los disipas;
como se derrite la cera ante el fuego,
los malvados perecen ante Dios.
Pero los justos se alegran alborozados
ante Dios, y saltan de alegría.
Cantad a Dios, tañed en su honor,
abrid paso al que cabalga en las nubes,
su nombre es Yahvé, exultad ante él.
Padre de huérfanos, tutor de viudas
es Dios en su santa morada;
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