Salmos 89, 31-38

Si sus hijos abandonan mi ley,
si no viven según mis normas,
si profanan mis preceptos
y no observan mis mandatos,
castigaré su rebelión con vara,
sus culpas a latigazos,
pero no retiraré mi amor,
no fallaré en mi lealtad.
Mi alianza no violaré,
no me retractaré de lo dicho;
por mi santidad juré una vez
que no había de mentir a David.
Su estirpe durará siempre,
su trono como el sol ante mí,
se mantendrá siempre como la luna,
testigo fidedigno en el cielo». Pausa.
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