Salmos 89, 5-18

He fundado tu estirpe para siempre,
he erigido tu trono de edad en edad». Pausa.
Los cielos celebran tus maravillas, Yahvé,
tu lealtad en la asamblea de los santos.
Pues, ¿quién en las nubes se compara a Yahvé,
quién se le iguala entre los hijos de los dioses?
Dios es temible en el consejo de los santos,
grande y terrible para toda su corte.
Yahvé, Dios Sebaot, ¿quién como tú?,
eres poderoso, tu lealtad te circunda.
Tú domeñas el orgullo del mar,
reprimes sus olas encrespadas;
machacaste a Rahab como a un cadáver,
dispersaste al enemigo con brazo potente.
Tuyo es el cielo, tuya la tierra,
fundaste el orbe y cuanto contiene;
creaste el norte y el mediodía,
el Tabor y el Hermón te aclaman.
Actúas con brazo poderoso,
fuerte es tu mano, sublime tu derecha;
Justicia y Derecho, la base de tu trono,
Amor y Verdad marchan ante ti.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte,
que camina, Yahvé, a la luz de tu rostro,
que se alegra todo el día con tu nombre,
que vive entusiasmado con tu justicia.
Pues tú eres su esplendor y su fuerza,
con tu ayuda nos haces poderosos;
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