Eclesiástico 16, 24-29


El hombre en la creación.
Hijo, escúchame y aprende sabiduría,
aplica tu corazón a mis palabras.
Te enseñaré la doctrina con mesura,
con precisión te transmitiré el saber.
Cuando al principio el Señor creó sus obras,
les asignó a cada una su puesto.
Las puso en orden para siempre,
desde sus orígenes y por todas las edades.
No sienten hambre ni cansancio,
y eso que nunca abandonan su tarea.
Ninguna se topa con la otra,
jamás desobedecen su palabra.
Después el Señor miró a la tierra
y la colmó de sus bienes.
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