Eclesiástico 2, 15-18

Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras,
los que le aman guardan sus caminos.
Los que temen al Señor buscan su agrado,
los que le aman cumplen su ley.
Los que temen al Señor tienen el corazón dispuesto,
y se humillan delante de él.
Caigamos en manos del Señor y no en manos de los hombres,
pues como es su grandeza, así es su misericordia.
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