Eclesiástico 34, 1-5


Los sueños.
Las esperanzas vanas y engañosas son propias del necio,
los sueños dan alas a los insensatos.
Atrapar sombras y perseguir viento
es fiarse de los sueños.
Espejo y sueño son cosas semejantes,
frente a un rostro, la imagen de un rostro.
De lo impuro, ¿puede salir algo puro?;
de la mentira, ¿puede salir algo verdadero?
Adivinaciones, augurios y sueños son vanas ilusiones,
como fantasías de una mujer en parto.
Ver contexto