Eclesiástico 36, 1-17


Oración por Israel.
Ten piedad de nosotros, Señor, Dios del universo, mira
y siembra tu temor sobre todas las naciones.
Alza tu mano contra las naciones extranjeras,
para que reconozcan tu señorío.
Como ante ellas te has mostrado santo con nosotros,
así ante nosotros muéstrate grande con ellas.
Que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido
que no hay Dios fuera de ti, Señor.
Renueva tus prodigios, repite tus maravillas,
glorifica tu mano y tu brazo derecho.
Despierta tu furor y derrama tu ira,
extermina al adversario y aniquila al enemigo.
Acelera la hora, recuerda el juramento,
y que se divulguen tus grandezas.
Que el fuego de tu ira devore a los supervivientes,
y perezcan los que hacen daño a tu pueblo.
Aplasta la cabeza de los jefes enemigos,
que dicen: «Fuera de nosotros no hay nadie.»
Reúne todas las tribus de Jacob,
dales su heredad como al principio.
Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre,
de Israel, a quien trataste como a tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu descanso.
Llena a Sión de tu alabanza,
y el templo de tu gloria.
Da testimonio en favor de tus primeras criaturas,
cumple las profecías hechas en tu nombre.
Da su recompensa a los que esperan en ti,
y que tus profetas sean acreditados.
Escucha, Señor, la súplica de tus siervos,
según la bendición de Aarón sobre tu pueblo.
Y todos los habitantes de la tierra reconozcan
que tú eres el Señor, el Dios eterno.
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