Eclesiástico 47, 14-18

¡Qué sabio eras en tu juventud,
lleno de inteligencia como un río!
Tu espíritu cubrió la tierra,
la llenaste con enigmáticos proverbios.
Tu nombre llegó hasta las islas lejanas,
y fuiste amado por la paz que infundías.
De tus cantos, tus sentencias, tus proverbios
y tus interpretaciones se admiraron las naciones.
En nombre del Señor Dios,
que es llamado Dios de Israel,
amontonaste el oro como estaño,
como plomo multiplicaste la plata.
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