Zacarías 11, 1-3

Abre tus puertas, Líbano,
que el fuego devore tus cedros.
Gime, ciprés, que el cedro ha caído,
que los majestuosos han sido arrasados.
Gemid, encinas de Basán,
que ha sido abatida la selva impenetrable.
Se oyen gemidos de pastores,
porque ha sido arrasado su esplendor,
se oyen rugidos de leones,
porque ha sido arrasada la flora del Jordán.
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