Zacarías 12, 10-12

derramaré sobre la dinastía de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán duelo por él como se llora a un hijo único, y le llorarán amargamente como se llora a un primogénito. Aquel día será grande el duelo en Jerusalén, como el duelo de Hadad Rimón en la llanura de Meguidó. Y se lamentará el país, cada familia aparte:
la familia de David aparte
y sus mujeres aparte;
la familia de Natán aparte
y sus mujeres aparte;
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