Zacarías 7, 7-14

¿No conocéis las palabras que Yahvé proclamó por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén y las ciudades que la rodeaban vivían en paz, y estaban habitados el Negueb y la Tierra Baja? (Yahvé dirigió la palabra a Zacarías en estos términos: Así dice Yahvé Sebaot): Celebrad juicios justos, practicad entre vosotros el amor y la compasión. No oprimáis a la viuda, al huérfano, al forastero, o al pobre; no maquinéis malas acciones entre vosotros. Pero ellos no quisieron hacer caso; no se dejaron someter y se hicieron los sordos para no escuchar; endurecieron su corazón como el diamante para no oír la Ley y las palabras que Yahvé Sebaot había dirigido por su espíritu, por medio de los antiguos profetas. Entonces montó en cólera Yahvé Sebaot y dijo: Como no han escuchado cuando les he hablado, tampoco los escucharé cuando me llamen. Así que los dispersé por todas las naciones que no conocían, y la tierra quedó devastada tras de ellos: ya nadie iba ni venía. Y así convirtieron una tierra deliciosa en pura desolación.»
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