Genesis 39, 17-21

le repitió lo mismo: «Ha venido donde mí ese siervo hebreo que tú nos trajiste, para abusar de mí; pero yo he levantado la voz y, al oírme gritar, ha dejado su ropa junto a mí y ha huido afuera.» Al oír su señor las palabras que le decía su mujer («Esto ha hecho conmigo tu siervo»), se encolerizó. El señor de José mandó que lo prendieran y lo metió en la cárcel, en el sitio donde estaban los detenidos del rey. Y allí se quedó, en presidio. Pero Yahvé asistió a José y lo cubrió con su misericordia, haciendo que se ganase el favor del alcaide.
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