I Pedro 5, 2-4

Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados, sino voluntariamente, según Dios*. Y no lo hagáis por mezquino afán de ganancia, sino de corazón; no tiranizando a los que os ha tocado cuidar, sino siendo modelos de la grey*. Y cuando aparezca el Mayoral*, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.
Ver contexto