I Samuel 21, 2-7

[[21:3]] Respondió David al sacerdote Ajimélec: «El rey me ha dado una orden y me ha dicho: ‘Que nadie sepa el asunto que te mando y que te ordeno.’ A los muchachos los he citado en tal lugar. [[21:4]] Así, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes o lo que haya.» [[21:5]] Respondió el sacerdote a David: «No tengo a mano pan profano, pero hay pan consagrado*, que los muchachos podrán comer si se han abstenido al menos del trato con mujeres.» [[21:6]] Respondió David al sacerdote: «Ciertamente que la mujer nos está prohibida, como siempre que salgo a campaña, y los cuerpos de los muchachos están puros; aunque es un viaje profano, cierto que hoy sus cuerpos están puros*[[21:7]] El sacerdote le dio entonces pan consagrado, porque no había allí otro pan, más que el pan de la presencia, el retirado de delante de Yahvé para colocar pan reciente el día que tocaba retirarlo. [[21:8]] Estaba allí aquel día uno de los funcionarios de Saúl, detenido ante Yahvé. Se llamaba Doeg, edomita, mayoral de los pastores* de Saúl.
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