Eclesiastés 5, 2-7

[[5:1]] Que no se precipiten tus labios ni se apresure tu corazón al pronunciar una palabra ante Dios. Dios está en el cielo, pero tú en la tierra: sean por tanto pocas tus palabras. [[5:2]] Las muchas preocupaciones afloran en los sueños, y en las muchas palabras la voz del necio. [[5:3]] Si haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, pues no le agradan los necios. El voto que has hecho, cúmplelo. [[5:4]] Es mejor no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos. [[5:5]] No permitas que tu boca haga de ti un pecador, y luego digas ante el Mensajero que fue inadvertencia*. ¿Por qué dar a Dios la ocasión de irritarse contra ti y de arruinar lo que haces? [[5:6]] Cuantos más sueños, más vanidades y palabrería*. Pero tú teme a Dios.
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