Ezequiel  18, 21-30

«En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda; no morirá*. Ninguno de los crímenes que cometió se le volverá a recordar; vivirá a causa de la justicia que ha practicado. ¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado —oráculo del Señor Yahvé— y no más bien en que se convierta de su conducta y viva? «Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿creéis que vivirá? No, no quedará ya memoria de ninguna de las obras justas que había practicado, sino que morirá a causa de la infidelidad en que ha incurrido y del pecado que ha cometido. Vosotros decís: ‘No es justo el proceder del Señor.’ Escuchad, casa de Israel: ¿Que no es justo mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo? Si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere*, habrá muerto por el mal que ha cometido. Pero si el malvado se aparta del mal que ha cometido y practica el derecho y la justicia, conservará su vida. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había cometido. Seguro que vivirá; no morirá. Sin embargo, la casa de Israel dice: ‘No es justo el proceder del Señor.’ ¿Que mi proceder no es justo, casa de Israel? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo? Pues pienso juzgar a cada uno según su proceder, casa de Israel —oráculo del Señor Yahvé—. Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes, de modo que no incurráis en ocasión de culpa.
Ver contexto