Genesis 35, 2-4

Jacob dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: «Retirad los dioses extraños que hay entre vosotros*. Purificaos y mudaos de vestido*. Luego, subiremos a Betel, donde erigiré un altar al Dios que me dio respuesta favorable el día de mi tribulación, y que me asistió en mi viaje.» Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños que había en su poder y los anillos de sus orejas, y Jacob los escondió debajo de la encina que hay junto a Siquén.
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