Jeremías  32, 6-15

Dijo Jeremías: He recibido una palabra de Yahvé que dice así: «He aquí que Janamel, hijo de tu tío Salún, va a dirigirse a ti diciendo: ‘Ea, cómprame el campo de Anatot, porque a ti te toca el derecho de rescate para comprarlo.’» Conforme a lo que había dicho Yahvé, mi primo Janamel vino a verme al patio de la guardia, y me dijo: «Ea, cómprame el campo de Anatot —que cae en territorio de Benjamín—, porque tuyo es el derecho de adquisición y a ti te toca el rescate. Cómpratelo.» Yo reconocí en aquello la palabra de Yahvé, y compré a mi primo Janamel el campo que está en Anatot. La plata que le pesé ascendía a diecisiete siclos. Lo apunté en mi escritura, sellé, aduje testigos y pesé la plata en la balanza. Luego tomé la escritura de la compra, el documento sellado según ley y la copia abierta, y pasé la escritura de la compra a Baruc, hijo de Nerías, hijo de Majsías, en presencia de mi primo* Janamel y de los testigos firmantes de la escritura de la compra, y delante de todos los judíos presentes en el patio de la guardia. En presencia de todos ellos di a Baruc este encargo: Esto dice Yahvé Sebaot, Dios de Israel: Toma estos documentos: la escritura de compra, el documento sellado y la copia abierta, y los pones en un cántaro de arcilla para que duren mucho tiempo. Porque esto dice Yahvé Sebaot, Dios de Israel: «Todavía se comprarán casas, campos y viñas en esta tierra.»
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