Juan  12, 27-29

Ahora mi alma está turbada*. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora precisamente para esto! Padre, glorifica tu Nombre*». Vino entonces una voz del cielo: «Lo he glorificado y de nuevo lo glorificaré*». La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.»
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