Mateo 15, 10-20

Luego llamó a la gente y les dijo: «Oíd y entended. No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; lo que realmente contamina al hombre es lo que sale de la boca.» Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado al oír tu palabra?» Él les respondió: «Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. Dejadlos: son ciegos y guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo.» Tomando Pedro la palabra, le pidió: «Explícanos la parábola.» Él dijo: «¿También vosotros seguís careciendo de inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que entra en la boca pasa al vientre y luego se echa al excusado? En cambio, lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que realmente contamina al hombre. Porque del corazón salen las intenciones malas: asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al hombre; que el comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.»
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