Mateo 27, 39-44

Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres hijo de Dios, y baja de la cruz!» Igualmente los sumos sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, se burlaban de él, diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. ¡Es rey de Israel!; pues que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. Ha puesto su confianza en Dios; pues que le salve ahora, si es que de verdad le quiere. De hecho dijo: ‘Soy hijo de Dios.’» De la misma manera le injuriaban también los bandidos crucificados con él.
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