Sabiduría 3, 1-8

En cambio, la vida de los justos está en manos de Dios* y ningún tormento les afectará. Los insensatos pensaban que habían muerto; su tránsito les parecía una desgracia y su partida de entre nosotros, un desastre; pero ellos están en la paz*. Aunque la gente pensaba que eran castigados, ellos tenían total esperanza en la inmortalidad*. Tras pequeñas correcciones, recibirán grandes beneficios, pues Dios los puso a prueba* y los halló dignos de sí; los probó como oro en crisol y los aceptó como sacrificio de holocausto. En el día del juicio* resplandecerán y se propagarán como el fuego en un rastrojo*. Gobernarán naciones, dominarán pueblos y el Señor reinará eternamente sobre ellos.
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