Sabiduría 9, 1-6

«Dios de mis antepasados, Señor de misericordia*, que hiciste todas las cosas con tu palabra, y con tu sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre tus criaturas, gobernase el mundo con santidad y justicia y juzgase con rectitud de espíritu; dame la Sabiduría entronizada junto a tí, y no me excluyas de entre tus hijos. Porque soy siervo tuyo, hijo de tu esclava, un hombre débil y de vida efímera, incapaz de comprender el derecho y las leyes. Pues, aunque uno sea perfecto entre los hombres, si le falta la sabiduría que viene de ti, será tenido en nada.
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